RECOMENDACIONES:
Para la realización de esta ruta es conveniente calzado de montaña y ropa más o menos gruesa de manga larga, ya que atravesaremos zonas a lo largo del río en las que podemos encontrarnos zarzas a nuestro paso y podríamos arañarnos. Por otra parte podríamos llevar una muda de calzado, ya que atravesaremos zonas en las que hay que entrar en el río para cruzarlo y alguna poza más profunda en la que el agua nos puede llegar por la rodilla, por lo que sería bueno que el pantalón se pudiera "remangar" hasta el muslo. Es necesario llevar agua, no encontraremos fuentes por el camino.
Lo más importante es no realizar esta ruta si ha llovido hace poco o existen probabilidades de lluvia y en todo caso, consultar con la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir, si hay previsto algún desembalse del Quiebrajano, ya que podríamos quedar aislados dentro del cañón o incluso ser arrastrados por el agua.
Ruta de dificultad media-alta, no por la longitud del recorrido, sino por lo dificultoso del camino una vez que estamos dentro del cañón. No encontraremos apenas desniveles reseñables (algo menos de 100 m. de desnivel máximo acumulado). La longitud de la ruta (ida y vuelta) es de 7,6 km. Podremos realizar la ruta en poco más de cuatro horas, incluso deteniéndonos a fotografiar y a reponer fuerzas.
DESCRIPCIÓN DE LA RUTA:
Comenzamos la ruta desde el aparcamiento que hay junto al campo de fútbol de tierra en la zona residencial del "Puente de la Sierra" (P0).
Desde aquí nos dirigimos por la cerretera de Otiñar en dirección sur hasta que encontramos un camino asfaltado que nos sale a la izquierda (PR1) y que se adentra en la zona residencial. Seguimos por este camino durante unos veinte minutos atravesando la zona residencial. A lo largo del mismo solamente podemos apreciar árboles frutales y tierras de labor, así como algúna otra especie ornamental dentro de las parcelas privadas, hasta que estamos a unos cien metros del río, que podemos empenzar a contemplar especies propias del bosque de ribera, como álamo blanco, álamo negro, cañizares...
Una vez que hemos llegado al río (PR2), descendemos hasta el vado y encontramos un carril a nuestra derecha que asciende por el cauce, lo seguimos adentrándonos en el río un par de veces y continuamos en dirección sursureste por el carril. A lo largo de este tramo nos seguimos encontrando bosque de ribera (a la derecha) y huertas a nuestra izquierda. Tras unos quince minutos desde que comenzamos a caminar por el carril a la altura del vado, nos sale a nuestra derecha una pequeña vereda (PR3), por la que nos adentramos en el sotobosque, siguíendola durante unos metros hasta que salimos a un olivar, desde el que podemos ver en dirección sur una caseta vallada de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir. Nos dirigimos hacia ella (PR4) y ascendemos por al camino hormigonado para rodearla, descendiendo después. En este punto volvemos a encontrarnos con el río que tenemos que volver a atravesar.
Desde este punto, podemos apreciar el macizo rocoso que nos indica la entrada al cañón, a unos doscientos metros hacia el sur, nos dirigimos hacia él, atravesando densas zonas de mimbres y arbustos de ribera. En la entrada al cañón tenemos marcado el PR5. Lo primero que vemos en esta zona es la poza que tenemos que atravesar para adentrarnos en el cañón, en condiciones normales no debería llegarnos el agua más arriba de la rodilla. Cruzamos con mucha precaución, puesto que al ir removiendo el fondo, se hacen inapreciables las posibles piedras que puedan haber en el fondo, por lo que hay que asegurar bien nuestros pasos para no acabar dándonos un chapuzón inesperado. |
| El grupo caminando por el cañón bajo una enorme roca encajada en sus paredes. |
Ahora comenzamos a adentrarnos por la garganta, sin perder detalle de las formaciones rocosas que nos van saliendo al paso. Podemos ir apreciando los pliegues de la corteza terrestre, gracias a la erosión que el agua ha ido provocando con el paso de los siglos. Como lugares destacados a lo largo de esta ruta, cabe mencionar un par de abrigos que nos van saliendo al paso, primero a nuestra derecha y más tarde a la izquierda (cueva de las palomas), así como los restos de una cascada, perfectamente apreciables en la roca (a nuestra derecha) procedentes de una gran cañada, que transporta el agua de lluvia hasta el cañón.
Sobre estas líneas, nuestro compañero Pepe dentro del primer abrigo. A la derecha algunos de nuestros amigos saliendo de la "Cueva de las Palomas". Debajo podemos observar el "Salto de la Bríncola".
Las especies vegetales que podemos observar a lo largo del cañón son en su mayoría monte bajo de hiervas aromáticas, como romero, tomillo, lavanda... bastantes matorrales de retama, "retama de olor", mimbre y lentisco, así como algún que otro ejemplar de su "hermano mayor", la cornicabra (pistacia terebinthus), además de algunos ejemplares de otros árboles, como higueras, almendros, cipreses (macrocarpa) y pinos carrascos.
Una vez que nos encontramos en el Salto de la Bríncola, tenemos dos opciones: regresar al punto de partida ascendiendo a la carretera de Otiñar y seguirla en dirección norte hasta el Puente de la Sierra, o volver sobre nuestros pasos deshaciendo el camino, ésta última más recomendable para poder apreciar desde otra perspectiva las paredes del cañón, además de que la vuelta por la carretera se hace tediosa por su longitud, la ausencia de vegetación (salvo nuestro más que conocido "mar de olivos"), zonas de sombra inexistentes y el peligro que conlleva caminar por una carretera con tantas curvas y tan estrecha.
PERFIL DE LA RUTA
COORDENADAS G.P.S.
PUNTO GRADOS MINUTOS SEGUNDOS ALTITUDP0 N 37 43 10,5 433 m
W 3 45 47,9
PR1 N 37 43 7,0 434 m
W 3 45 48,5
PR2 N 37 42 25,5 451 m
W 3 45 21,9
PR3 N 37 42 5,7 462 m
W 3 45 22,1
PR4 N 37 42 2,0 463 m
W 3 45 24,5
PR5 N 37 41 55,3 478 m
W 3 45 36,3
PR6 N 37 41 22,8 520 m
W 3 45 39,6
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